{sobre esta mesa}

El pan de cada día

Esto  es un diario panadero de alguien a quién le emociona  todo lo que tiene que ver con el pan: las historias, la gente, la ciencia, las panaderías, los libros, las tardes panaderas, los cacharros del pan…

Hago pan casi a diario en casa, y me entusiasma de tal manera todo lo que acontece alrededor del pan, que me gusta compartirlo. Recetas, reflexiones, aprendizajes, recuerdos de infancia, y emociones por cosas, que casi siempre son muy pequeñas.

Un pan debajo del brazo

Tengo tres hijas que están siendo mis mejores maestras, ellas me han hecho parar y replantearme muchas pequeñas cosas de nuestra vida, y de cómo queremos vivirla.  Y ellas han traído el pan a nuestra casa. Van a una escuela maravillosa dónde los niños pequeños hacen pan una vez a la semana para desayunar.  Fue entonces cuando me picó la mosca del pan, lo contaba en la primera entrada del blog.

Las cosas pequeñas

El pan es el alimento más  básico  y simbólico de nuestra alimentación. El alimento más sencillo, el más humilde.  Si cuidamos los básicos, las cosas pequeñas, si cuidamos de lo que nos alimentamos (en todos los sentidos), cuidamos lo esencial.

Me gusta la sencillez del pan; harina, agua y sal. Muy simple, lo más básico entre los básicos. Pero estos tres ingredientes sufren una transformación mágica para convertirse en pan, y es ese proceso el que te engancha irremediablemente. 

Y me gusta el concepto de hacer pan en casa, por muchos motivos, porque elaborar en pan casas y cuidar uno de los alimentos más básicos creo que tiene un significado profundo para los tuyos. Y el olor del pan en el horno, es inigualable.  Cuidas lo básico, lo esencial, eliges la harina con la que quieres hacer tu pan, los ingredientes, los tiempos. Y tienes un pan que has hecho tú con tus manos, para los tuyos.

En la escuela

Yo estoy aprendiendo cada día con el pan, no solo de técnicas, es también un aprendizaje personal, porque a veces en los procesos mágicos de la fermentación, las cosas no salen como tú quieres, y los resultados no son todo lo maravillosos que quisieras. Y eso te enseña a aceptar que a veces las cosas no son perfectas ( como por otra parte nos muestran  en la publicidad, en los medios, y las marcas en general) que a veces el resultado es una autentica castaña, o no tan bueno como esperabas.

Por eso, en la entrada en la que proponía como abordar tu primer pan (para mi amiga Arantza), el pan del paso a paso, salió bastante flojito, pero decidí dejarlo, porque sí, porque hay que permirtirse que las cosas no sean megaperfectas . Y es bueno que nuestros hijos lo vean.

Y en la escuela de verdad, porque en cuanto puedo, me apunto a algún curso o taller.

En la mesa de la cocina

Siempre está muy presente la mesa, en la que hago (casi) todas las fotos. Es la mesa de nuestra cocina. Aquí se desayuna, se come, se cena, se hacen deberes, se dibuja, se pinta, se lija. Una mesa que tiene muchos agujeros porque nuestra hija pequeña es una gran carpintera, que esta siempre llena de lanas, porque la más mediana es una tejedora incansable, y de pintura, porque la mayor siempre tiene algún proyecto en marcha.

Es el sitio de la casa en el que más tiempo pasamos.

Las fotos

Y me gusta hacer las fotos aquí, por la luz, y por lo que esa mesa es para nosotros. Yo no tengo ni idea de fotografía,  todas las fotos las hago con el móvil (es un IPhone), y no las retoco ( lo más, la mejora automática cuando la luz es más floja), porque quiero que se vea la honestidad del pan, el pan ya es bellísimo, no hace falta que lo adornemos con nada.

A mí la belleza y las cosas bonitas me pierden, pero no quiero dejarme llevar solo por la estética ( o al menos lo intento).

Por eso tiene tanto peso la parte del paso a paso, porque quiero mostrar que la parte del proceso, es preciosa, es un disfrute. Y me gusta también fotografiar los ingredientes, porque son el alma del pan, como dice Anna Bellsolá (Forn Baluard).

No quiero poner ningún elemento en las fotos que no estuviera en una situación real. Quiero mantenerme fiel a la sencillez del pan, a veces se me escapa alguna cosa, pero lo intento. Prefiero que falten cosas en una foto a que sobren.

Todo lo que aparece en las fotos es de uso diario en casa, no compro nada solo para la foto, y rescato mucho de casa de mi amatxo, me gusta lo viejo, lo vivido.

Más allá del pan. Soy de Bilbao, de la generación de Mazinger Zeta, la Nancy, las bicis BH y la Bruja Avería. MadriZ me adoptó hace varios años ya, porque aquí tengo mi trabajo (marketing).

Si pongo las cosas que me gusta hacer, no acabaría nunca, así que lo voy a dejar en un par de ellas. Últimamente corro mucho, ando en bici, y llevo la música siempre de fondo. Me gustan las cosas viejas y vividas, y me da por rescatar muebles en la calle. Y echo de menos el mar.

Gracias por pasar por aquí. Feliz de poder compartir en playlosophy.contact@yahoo.es

Muxu